Bengalas, sillas volando y vallas rotas en el Espanyol-Barça
El árbitro Luis Medina Cantalejo detuvo durante unos diez minutos el encuentro entre el Espanyol y el Barcelona, después de que varios aficionados espanyolistas rompiesen una valla y alguno saltase al terreno de juego, tras caerles seis bengalas lanzadas desde la zona de los seguidores barcelonistas
El derbi entre el Espanyol y el Barcelona, que esta noche se ha disputado en el Estadio Olímpico Lluís Companys, tuvo que ser suspendido, durante nueve minutos mediada la segunda mitad, después de que los aficionados radicales del conjunto azulgrana lanzaran hasta siete bengalas contra seguidores blanquiazules.Aunque el impacto de ninguna de estos artefactos pirotécnicos causó heridas a los aficionados españolistas, el árbitro Medina Cantalejo decidió suspender el partido en el minuto 70, cuando los locales dominaban en el marcador (1-0), ya que algunos seguidores del Espanyol ya habían superado la barrera de seguridad con el propósito de enfrentarse a los causantes de los altercados. Este grupo de violentos seguidores culés, conocidos como 'Boixos Nois', lanzaron las bengalas desde un córner de la segunda grada del gol sur donde quedaron ubicados, como viene siendo habitual en los últimos derbis.
Esta vez, el ayuntamiento de Barcelona quiso curarse en salud y ordenó la colocación de un red de separación entre ambas aficiones que, en cualquier caso, sirvió de muy poco, ya que la bengalas y otros objetos superaron la misma para acabar impactando a los aficionado pericos que se encontraban en la grada más baja del estadio.
La inoperancia de las fuerzas de seguridad del Estado, provocó que algunos aficionados blanquiazules intentaran tomarse la justicia por su mano y se dirigieran, por la pista de atletismo, hasta la zona donde se encontraban los 'Boixos Nois', aunque todos estos intentos fueron interceptados por empleados de seguridad del club. Las escenas de tensión se trasladaron incluso al palco, donde varios directivos españolistas recriminaron al presidente del Barcelona, Joan Laporta, la actitud de los aficionados culés.
Finalmente, y una vez se calmaron los ánimos Medina Cantalejo ordenó reanudar el partido. Tras la reanudación, Henry marcaría el 1-1 y Messi, de penalti, el 1-2 en el tiempo añadido. Lamentablemente, jugadores del Barça se fueron a dedicar los dos goles al mismo grupo de aficionados violentos que había dado al traste con un partido trepidante.
Jugadores y técnicos visitantes tuvieron algunos problemas para ganar el túnel de vestuarios, hasta el punto, que el entrenador de porteros del Barcelona, Juan Carlos Unzué, sufrió el impacto de una botella cuando abandonaba el terreno de juego.
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